Vecinos de Confraternidad aún no son dueños del terreno que ocupan, pese a que ya viven más de quince años en esta populosa zona de Los Olivos.Se han hecho obras públicas, pero faltan resolver problemas esenciales. Los vecinos piden apoyo directo dle alcalde y de la comuna olivense, ya que en el juicio con los anteriores dueños, están representados por la Municipalidad de Lima
Llegaron a finales del los años 80, en la época de mayor migración a la capital. Se instalaron en un lugar mediante masivas invasiones y desde entonces la situación en la que se encuentran parece no haber cambiado mucho.
Son nuestros vecinos que conforman el Programa Municipal de Vivienda Confraternidad, aquella otra cara de Los Olivos que muchos prefieren no ver. Son 8 asentamientos humanos que hasta hoy no resuelven los problemas de compra de los terrenos que ocupan, ni tienen título de propiedad.
Más de 60 mil familias se ubican en esta zona, llegaron a finales de los 80 y a partir de entonces tienen un juicio con los anteriores dueños: la Ex Mutual Puerto Pueblo, la Asociación Pro Vivienda de Trabajadores del Seguro Social y la Urbanizadora Pro.
El problema judicial tiene como principal objetivo, la fijación de un “justiprecio” que tendrían que pagar los vecinos que ocuparon esta zona. Ellos aseguran que el precio justo es pagar por un terreno tal y como lo encontraron y no como un terreno ya urbanizado. A su vez, los ex propietarios, no claudican en un precio bajo y por lo tanto dicho problema se ha extendido hasta más de 15 años.
Los vecinos de las urbanizaciones afectadas: San Martín de Porras, Laura Caller Iberico, Armando Villanueva, Enrique Milla Ochoa, Juan Pablo II, Olivos de Pro, Los Olivos y Los Norteños piden apoyo directo al alcalde, pues la Municipalidad de Lima es la única que les está representando en los tribunales.
A estos problemas se suman los problemas entre dirigentes y el problema con los planos que determinen el área exacta de cada AA. HH. Los vecinos piden intermediación directa del alcalde, asesoría legal y apoyo constante. Ojalá que este problema termine en un final feliz.