21/7/07

¿Hasta cuándo el olvido?

Aún no delimitan las áreas intangibles de las huacas olivenses y mientras tanto son usadas como botadero de desmonte y basura


Para muchos, solo se trata de montículos de tierra, de pequeños morros en medio de urbanizaciones; para otros es el lugar perfecto para arrojar desmonte y basura, pero para personas como el arqueólogo Alberto Tapia, son lugares de gran importancia cultural que debemos preservar y proteger los olivenses.
Pese a la importancia que se le da actualmente al patrimonio cultural que nos legaron nuestros antepasados, estos no han recibido la atención necesaria de parte de las autoridades y de las mismas personas que viven a los alrededores. Las huacas, lugares históricos que forman parte de nuestro entorno, siguen desatendidas y algunas van en camino, si se mantiene la misma actitud, a desaparecer dentro de poco.
Alberto Tapia es un arqueólogo de la universidad San Marcos que, junto con dos colegas, formaron en el 2004 el “Proyecto Arqueológico Los Olivos” con el objetivo de investigar, preservar y fomentar el cuidado de estos restos arqueológicos.
Según el arqueólogo, Los Olivos posee siete zonas arqueológicas, las cuales aún no han recibido la debida atención por diferentes motivos. La desatención del INC, del propio gobierno local y de los propios vecinos. Solo hasta hace 2 años se ha iniciado este proyecto que tenía por finalidad hacer un informe completo respecto a las zonas arqueológicas de Los Olivos, informe que ya está en manos del municipio que parece no hacer mucho.
Dentro de Los Olivos, la huaca más conocida es Aznapuquio, ubicada entre las avenidas Los Alisos y Las Palmeras; también está la huaca EL Naranjal, ubicado al costado de la avenida Huandoy; asimismo, en el cerro Pro existen dos restos arqueológicos, en la cima existen restos de piedras y en las faldas se han encontrado restos humanos saqueados lamentablemente, y en el cerro Mulería en la cima y en las faldas también hay restos como construcciones, restos de barro y piedra y cementerios.

Problemas sin resolver

Las huacas no sólo sufren el desaire de las autoridades sino también es víctima de personas de mal vivir y de malos vecinos que invaden estos sagrados terrenos. Una de las más afectadas es la huaca El Naranjal, que no solo se ha convertido en un botadero de basura y desmonte, sino también en un lugar de comerciantes y de personas que se han instalado a vivir.
Son 13 familias que estarían violando intangibilidad de la huaca, lo cual es un atentado contra el patrimonio cultural. Pero los vecinos no tienen entre sus planes dejar esos terrenos y por ello, el Proyecto de Alberto Tapia y sus compañeros solo plantearía el rescate arqueológico, es decir, la extracción de los restos que se puedan encontrar en territorio que ocupan estas viviendas.
Pese a la negativa de los vecinos, Alberto Tapia es optimista y dice que la reubicación no es tan complicada, ya que un caso similar se vivió en Magdalena y el municipio de ese distrito reubicó a 50 familias, por lo que el número de familias de la huaca El Naranjal no sería tan complicado y la solución solo está en manos de nuestro municipio.
Respecto al problema de la basura y demás efectos negativos que existen en las zonas arqueológicas, el arqueólogo aduce que estos problemas no son por culpa de la huaca, sino de algunos vecinos que por falta de educación desconocen el verdadero valor de dicho patrimonio. Lo mismo pasa con la delincuencia, “si los vecinos se organizaran, sin esperar a que pase serenazgo por ahí, pueden hacer mucho”.
La huaca El Naranjal data del 1200 a.C. y es la más antigua en territorio olivense. Además hay otras pertenecientes a la cultura Lima, y restos que pertenecen al intermedio tardío y el horizonte tardío, lo que vendría a ser de la cultura Inca.

Lo que se espera

Edith Quiñones, vecina de la huaca El Naranjal, ha propuesto el enrejado de este lugar en el Presupuesto Participativo de este año, pero no se concretaría dicho pedido porque el Instituto Nacional de Cultura aún no determina cuál es el área total de intangibilidad para poder trazar un correcto enrejado. El pronunciamiento del INC se daría en este mes.
Lo mismo falta para el resto de las zonas arqueológicas, una rigurosa delimitación para que los arqueólogos puedan realizar los respectivos estudios de investigación. Recuperando estas zonas, nuestro distrito se convertiría en parte del circuito turístico de Lima, además la restauración se convertiría a uno de los elementos educativos y de identificación para la población olivense.
Así como las huacas, también se hace hincapié a la preservación de la casona de Pro y La Capilla de Covida, casonas de más de 200 años de antigüedad y que ya forman parte de nuestra historia.





Ubicación del Patrimonio Arqueológico e Histórico olivense:

Cerro Mulería, entre la avenida principal del AH. Cerro Pacifico y la Av. Angélica Gamarra.
Cerro Segundo A, ubicado en la falda noroeste del Cerro Mulería en la Urb. Covida 2da Etapa.
Huaca Aznapuquio, en cruce de las avenidas Los Alisos y Las Palmeras.
Huaca Naranjal, en la Av. Huandoy cerca del cruce con la Av. Central.
Huaca Infantas I, ubicada a la altura de la cuadra 65 de la Av. Santa Elvira.
Huaca Infantas II, en el parque Río Santa de la Asoc. de Viv. del mismo nombre.
Huaca de Pro, se encuentra en el parque de la Urb. Pro IV etapa.
Cerro Pro, entre las avenidas Próceres y Canta Callao al norte del distrito.
Capilla de la Hacienda Pro, ubicada cerca de las avenidas Los Próceres y Confraternidad en la asociación de vivienda Adjudicatarios de la Hacienda Pro.
Casa Hacienda Garagay, se encuentra cerca al cruce de la Av. Universitaria y la Av. Angélica Gamarra en el ex fundo Garagay.



* En la foto del mapa, están señalados los lugares históricos que debemos proteger.

Luz clara de Mercurio

Historia de una de las urbanizaciones más emprendedoras de Los Olivos

La historia de la urbanización Mercurio se remonta a las primeras poblaciones que se dieron en el territorio que ahora ocupa el distrito de Los Olivos. Al igual que las demás poblaciones olivenses, la creación de Mercurio significó una lucha constante, una fe a futuro y un difícil reto que solo se pudo vencer gracias al trabajo en conjunto de su gente.
A principios de los años 70, pobladores de este sector, crearon la Cooperativa de Vivienda del Empleado Municipal, esta institución fue la que hizo posible en aquella época la fundación de Mercurio, gracias a la adquisición de estos terrenos que pertenecían a la hacienda Chavarría, cuando todavía Los Olivos formaba parte de San Martín de Porras.
Una vez formalizada la adquisición, los pobladores que en su mayoría provenían de la sierra, se enrumbaron a construir lo que sería pronto el hogar para sus familias. Sin esperar a que el gobierno se acuerde de ellos, empezaron a solucionar los problemas de pistas, veredas y otras necesidades de las que carecían por ser una urbanización joven.
Los servicios básicos llegaron después, gracias a sus propias gestiones. Lograron obtener los servicios como agua, desagüe y alumbrado público. Todo estaba saliendo perfecto, pero aún estaban desatendidos por el gobierno local, lo cual hizo –como ya sabemos- que los pobladores de esta urbanización se unieran con otras cercanas para independizarse y formar un nuevo distrito.
Ramos Anicama es uno de los principales dirigentes que lucharon activamente para la creación de Los Olivos. Él llegó a Mercurio en el año 1973 y desde entonces participó en todas las tareas que requerían de gente comprometida, incluido la independencia.
¿Por qué el nombre “Mercurio”? Ramos Anicama nos cuenta que en la época en que ellos gestionaron el alumbrado público, pidieron que la luz sea clara y no amarilla, luz clara, brillante, como la del planeta Mercurio y lograron dicho objetivo, una urbanización bien iluminada. Pero la empresa eléctrica, por asuntos inexplicables, les quitó esa luz y ahora solo poseen luz amarilla, pese a que seguían pagando por una luz más clara.
Mercurio comprende dos etapas, ambas poseen un promedio de 400 viviendas cada una, con respectivos campos destinados a parque y zonas comerciales. Actualmente es una de las zonas más frecuentadas, ya que en su territorio se encuentra el mismo palacio Municipal y el supermercado Plaza Vea, además tiene la ventaja de tener entre sus principales avenidas a Carlos Izaguirre y Antúnez de Mayolo.
Mercurio refleja de alguna manera a todas las urbanizaciones emprendedoras de Los Olivos, ya que sin vecinos como ellos, nuestro distrito no hubiera logrado el auge que ahora goza, aunque siempre hay problemas por resolver, pero esos problemas se resuelven de inmediato si existe el trabajo en equipo, el trabajo por el bien de los demás como nos lo han enseñado nuestro primeros vecinos.
*En la foto: primeros vecinos de Mercurio, construyendo las bases de la urbanización en un área que hoy ocupa el supermercado Plaza Vea.

Casa del adulto mayor

Como no tenía por qué esperar, este año se aprobó en el Presupuesto Participativo la segunda etapa de ampliación de la Casa del Adulto Mayor de Los Olivos, lugar de atención, apoyo y esparcimiento que congrega a nuestros vecinos que ya viven la edad de la sabiduría.
Esta segunda etapa también comprende la integración del Centro Integral del Adulto Mayor (CIAM) y la instalación de Oficina Municipal de Atención a las Personas con Discapacidad (OMAPED), para que los afectados por las desavenencias da la vida puedan registrarse y atenerse a los diversos beneficios que se brinda en este centro.
Entre las actividades que se realizan están los cursos de Tai Chi, aeróbicos, manualidades, talleres de autoestima y pronto se contará con los servicios de geriatría.
Janet Aldana, responsable de los servicios de este centro, invita las personas, ya sean adultos mayores o personas con discapacidad, para registrarse y participar en las distintas actividades que se organizan en bien de los que a veces son relegados dentro de nuestra sociedad. La Casa del Adulto Mayor está ubicada en la Av. El Naranjal 1379 Urb. Parque del Naranjal. Teléfono: 5393899.

Leche fresca con la ‘Motivaca’

El ingenio peruano, aquella característica que nos distingue de los demás países hace que los peruanos, pese a cualquier desaveniencia, no nos rindamos y hagamos mil argucias para sobrevivir. Ejemplo de este ingenio, son los tipos de empleo que creamos con el fin de sacar algún dinerito y a veces nos va tan bien que luego pensamos en ¿por qué no nos habíamos arriesgado antes?



Por las mañanas, las calles olivenses suelen ser un poco desoladas y tranquilas. Lo usual es ver a las personas que van al trabajo y otras que salen a comprar el pan para el desayuno. De pronto, entre los primeros ruidos del día, se oye un mugido que llama la atención a los que añoramos el campo, donde los mugidos anuncian un desayuno natural y nutritivo.
Estos mugidos, se pueden oír en varias urbanizaciones y no pertenecen exactamente a una vaca, sino a la ‘Motivaca’, un vehículo expendedor de lácteos que transita por nuestras calles y que, gracias a su apariencia con el animal vacuno del campo, se ha ganado el cariño y admiración de los vecinos.
La ‘Motivaca’ muge como vaca, tiene manchas negras como la vaca y, lo principal, brinda leche fresca, además de queso pasteurizado y yogurt pro biótico. Una vaca que se las trae. Asimismo, no come forraje sino el mínimo combustible y pronto contará con una ‘ubre informativa’, para que los clientes conozcan algo más sobre las bondades de la leche fresca y natural.

Vaca huaralina. Este creativo vehículo nació en Huaral; el creador, o en todo caso ‘el vaquero’, se llama Ricardo Vergara, un ingeniero agrónomo que al quedar desempleado no tuvo más remedio que recurrir a lo que muchos conocemos como ‘el ingenio del peruano’ y gracias a sus conocimientos sobre la leche y sus derivados, decidió poner en marcha un pequeño negocio. Al principio sólo ofrecía leche a conocidos y amigos, pero pronto, al percatarse que el producto que ofrecía gozaba de gran aceptación, se unió con otros productores para fomentar la distribución y venta de lácteos a domicilio.
“Cuando ven o escuchan a la ‘Moticava’ por primera vez, los vecinos sonríen y nos felicitan por esta idea. Nuestros clientes principales están ubicados cerca de mercados a mercados y supermercados, lo que nos da a entender que nuestra leche goza de gran aceptación”, nos dice Roberto Vergara mientras baja de su vehículo después de una mañana de trabajo.
Al principio, según nos cuenta el ingeniero Vergara, distribuían con una camioneta. Pero el desgaste del combustible, de los neumáticos y todos los problemas que pueden traer un vehículo pesado, decidieron cambiarlo por uno más económico y pensaron en el mototaxi. Así que con unos cambios en el color del chasis, la adaptación de un micrófono y un claxon que emitía mugidos de vaca impusieron la ‘Motivaca’ en el mercado huaralino, bajo la firma PRO VIDA.
La vaca busca reproducirse. En la ciudad de Huaral las ‘Motivacas’ son las que venden la leche natural de mejor calidad y ello ha motivado a los productores incrementar el número de unidades. Actualmente son cinco unidades y la posibilidad de hacer parir a la ‘Motivaca’ olivense está con los días contados.
“Antes de llegar a Los Olivos, hicimos un estudio de mercado. Analizamos la leche fresca que se vendía por aquí, la leche de los supermercados y alrededores, y nos dimos cuenta de que nuestra leche podía competir en este mercado”, dice orgulloso del producto que trae a diario desde la ciudad de la mandarina.
Ricardo Vergara asegura que la leche que ofrece es de buena calidad ya que los establos con los que trabajan tienen certificados del SENASA (Servicio Nacional de Sanidad Agraria), por lo que las vacas están libres de enfermedades como tuberculosis bovina o brucelosis. Una leche certificada, una ‘Motivaca’ que llama la atención y un ingeniero que lucha como tantos para ganarse el pan de todos los días. “El desempleo hace que uno busque nuevas formas de subsistencia”, dice Ricardo mientras monta otra vez su vaquita de tres ruedas.

Álvaro Portales, nuestro caricaturista

Uno de los mejores caricaturistas del Perú es vecino olivense

Después de leer tantas malas noticias, el lector habitual de periódicos busca un poco de oxígeno entre las páginas de su preferencia, y una las secciones más idóneas para nebulizar la mente de tanta contaminación mediática es el de las caricaturas. Los dibujantes cogen elementos de la realidad, los exageran y crean un ambiente en el que podemos reírnos de nuestros propios problemas, sin olvidarlos, claro.
Quizá el trabajo de dibujante no se estudia en alguna universidad o instituto, pero lo cierto es que es una actividad que posee muchos seguidores y uno de ellos es un vecino olivense que ha logrado publicar sus dibujos en los diarios más importantes del país. Se trata de Álvaro Portales.
Secciones como “La calle está dura”, del diario Trome; “El portal de Álvaro”, de El Otorongo, sección de humor gráfico del diario Peru21; o la caricatura que acompaña a la portada de Los Clasificados de El Comercio, son algunos de los trabajos que realiza diariamente desde un tranquilo departamento en la urbanización El Trébol.
Estudió Diseño Gráfico Publicitario, pero el gusto por el dibujo lo inclinó hacia los caminos de lápiz y el estilógrafo. Empezó a publicar a los 20 años, en “El Chesu”, luego fundó el semanario humorístico “Zoociedad Ilustrada”, y no pasó mucho tiempo hasta que fuera invitado a publicar en los diarios capitalinos más importantes.
A los 34 años, Álvaro Portales ya es considerado uno de los caricaturistas más importantes y sus dibujos, cuidadosamente trabajados, lo demuestran. En los personajes que dibuja predomina el color negro, a veces acompañado con el rojo, y poseen un trazado que le pueden mantener ocupado toda una mañana, solo para dibujar un saco. “Alan García es el personaje que más me gusta dibujar, porque ha subido de peso, por su risa, es un personaje que se presta muy bien para la caricatura”, nos dice mientras nos muestra un dibujo del actual presidente.
Aunque el oficio de dibujante pueda parecer un trabajo que no lastima a nadie, Álvaro asegura que siempre existen personas que se sienten aludidas e insultadas, por lo que no le han faltado quejas y reclamos por algunos dibujos que publica. “Cuando publiqué dibujos referentes al bombardeo de Israel a Palestina, tuve quejas de la comunidad judía; cuando dibujé sobre suicidas, pensaron que me estaba burlando de aquellas personas que toman esa trágica decisión en sus vidas y cuando dibujé sobre la masacre que hubo en el Virgina Tech, me dijeron que cómo era posible que tocara ese tema si era un tema tan fresco y además entre las víctimas había un compatriota”, dice y aclara que sólo hace humor sin tratar de ofender a nadie.
Entre sus referentes, Álvaro menciona a Quino, el creador de Mafalda, como uno de los grandes. Además celebra el crecimiento que tiene actualmente la caricatura peruana en los últimos años. “Aunque si hubiera una dictadura tal vez habrían más motivos para dibujar”, dice sonriendo, sabiendo que tampoco desearía que eso ocurra. “Los caricaturistas siempre esperamos que el gobierno se equivoque en algo, que cometa otra patinada para tener más material, es una paradoja porque de todas maneras somos ciudadanos y quisiéramos que el gobierno no se equivoque porque nos afecta y nos duele porque también es nuestro país, nuestra sociedad”.
Como todo trabajo creativo, el dibujo necesita de mucha concentración, por lo que es necesario la tranquilidad y a veces la soledad para que las ideas broten y cosechen los mejores frutos. Así trabaja Álvaro, es su pequeño estudio, rodeado de libros discos de vinilo que colecciona, juguetes antiguos que compra por internet y con el fondo musical de algún grupo de música metal.


Humor gráfico sin palabras


Aunque sienta que vivirá hasta el 2040 (a los 67 años), Álvaro Portales todavía trabaja con el mismo entusiasmo y tiene planes que espera concretar, aunque la situación del mundo lo deprima a veces. Entre sus proyectos más próximos está la reedición de Mátate, libro que publicó en el 2001, donde recoge dibujos cuyo único tema es el suicidio. La obra será presentada en la próxima Feria Internacional del Libro en el Jockey Plaza.



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Buen vecino


Como olivense le preocupa el desorden con el que crece los olivos: “No hay un plan de crecimiento, abren un local por acá, por allá, no establecen las zonas en la que se pueden abrir colegios, discotecas, etc. Si hubiera un plan, no habrían construido de noche a la mañana un colegio enfrente de mi casa, o los vecinos de Villa Los Ángeles no habrían alquilado o vendido sus propiedades debido al bulevar. Eso hace que mucha gente no se identifique con su distrito”.